7ª ETAPA PUEBLA DE SANABRIA – LUBIAN

     Salimos de Puebla de Sanabria con un amanecer despejado y muy frio, con la vegetación cubierta con el manto blanco de la cencellada, buscando el arbolado cauce del arroyo Ferrera, que baja mas caudaloso de lo deseable, aunque en el pueblo nos aseguraron que ya se podía utilizar este trazado.

     Muy pronto la temperatura se elevó de forma que ni el frescor del arroyo ni la sombra de los árboles impidieron que nos despojáramos de alguna prenda de abrigo. Apenas llevábamos cuatro kilómetros y un arroyo afluente de nuestro fluvial compañero, mas crecido de lo previsto, nos obligó a improvisar un paso con piedras para seguir avanzando, un divertido momento del que algunos salieron mas salpicados que otros. Continuamos por el precioso paraje hasta que nuestro camino desapareció, cubierto de agua por otro desbordado arroyo, lo que nos obligó a buscar el arcén de la carretera que discurría no muy lejos.

    Poco duró nuestro caminar por el asfalto, ya que en menos de dos kilómetros nos encontramos que el camino continúa por una senda que sale a la derecha, internándose en un bosque de Robles. Hemos ascendido, casi sin darnos cuenta, cuarenta metros desde nuestra salida, el camino se empina y en menos de un kilómetro ascendemos cincuenta metros mas, llegando a una bonita iglesia, dedicada a Santiago, con un cementerio anexo y un moderno crucero del año 2012. Rápidamente llegamos a la población de Terroso, que nos pone en un sendero en ligero ascenso,  junto a un rebosante arroyo que no cabe en su cauce y que kilómetro y medio mas adelante se “bebió” nuestro camino, nos dio un pequeño susto sin consecuencias y nos obligó a avanzar campo a través con la única referencia del sol a nuestras espaldas, buscando siempre el norte y ascendiendo.

    Salimos a un claro del bosque en una pista forestal, cerca de un puente que cruzaba la autovía junto al que se apreciaba, a lo lejos, una señal del Camino de Santiago, ante la duda del sentido a tomar, hicimos un alto para recuperar fuerzas, se acercaron dos caminantes para cerciorarse y comprobaron que era el punto en el que nuestro desaparecido camino se unía a la pista, nuestro sentido de la orientación no nos había abandonado. Avanzamos seguros del buen camino, pasamos por la ermita de la Virgen de Guadalupe y entramos en Requejo.

     Las obras del AVE dificultan el avance por el camino, constantemente cortado y desviado, y la mayoría decidió continuar por la carretera nacional, con muy poco tráfico por la cercanía de la autopista, aunque los mas valientes se atrevieron con el serpenteante y cambiante camino.

   En 12 kilómetros hemos ascendido apenas 95 metros desde nuestra salida, y nos quedan otros 335 para coronar el puerto del Padornelo, una ascensión de 7 duros kilómetros, monótonos, hostigados por el intenso sol y un duro y castigador asfalto que se hicieron mas largos y pesados que los anteriores. Coronamos el puerto y dos kilómetros y medio mas adelante llegamos al restaurante “Alto del Padornelo”, donde nos espera una típica, bien merecida y potente comida sanabresa.

     Después de la comida solo los mas valientes se atrevieron con los teóricos ocho difíciles kilómetros restantes, que se convirtieron en diez, gracias a los continuos rodeos generados por las obras del AVE.

    Sin duda fue la etapa reina de la edición de 2017 del Camino de Santiago, por su longitud, 31 kilómetros, su agreste naturaleza, la variación de temperaturas y, sobre todo, por la altura conseguida, 1.345 metros. Y llega la hora de descansar que mañana nos espera otra exigente etapa, Orense – Cea, que no será precisamente un paseo.

«El Camino se debe hacer desde la soledad de cada uno, en compañía de todo el mundo.»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.