La Asociación Cultural Amplàries cierra la temporada invernal de excursiones con el broche de oro de la visita a la ciudad de Segovia.
Nos deja el autocar a los pies mismos de la parte más elevada y esplendorosa de su regio acueducto, monumental obra de ingeniería de la época del Emperador Romano Trajano, que con más de 2.000 años a sus espaldas ha mantenido su actividad de acarrear agua a la ciudad, y muy especialmente al alcázar, hasta hace pocos días, lo que le permite continuar en perfecto estado. Esta soberbia obra es el mejor y más completo acueducto que nos queda del Imperio Romano, conduce el agua durante 18 Km., aunque la parte mundialmente conocida y admirada, es la que discurre elevada, compuesta de 166 arcos de medio punto (68 sencillos y 44 dobles superpuestos), con una longitud de 818 m., con una altura máxima de 28 m.
Conocimos el misterio de su construcción, el secreto para mantenerse erguido sin ningún tipo de argamasa que lo cohesione, y la leyenda que le acompaña.
Pasamos a continuación por la judería, ubicada en el lado sur del recinto amurallado con su Sinagoga Mayor y Sinagoga Vieja, llegando a la Plaza Mayor, que en su lado sur se encuentra la catedral.
La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia, conocida como la Dama de las Catedrales por sus dimensiones y su elegancia, 50 metros de ancho, 109 de longitud, una poderosa torre que alcanza los 88 metros, de estilo gótico tardío con algunos rasgos renacentistas, y bóvedas góticas que se elevan 30 metros. Posee una estructura en tres altas naves con crucero, ábside semicircular en la cabecera y girola, rodeada de 8 capillas. Cuenta con un total de 18 capillas que visitamos y admiramos junto con el altar mayor, coro, trascoro y órganos. Nos maravillaron sus hermosas vidrieras de complicada y fina tracería de extraordinaria calidad.
Y para completar la visita al casco histórico, declarado junto al acueducto, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985, dirigimos nuestros pasos al Alcázar de Segovia. Singular castillo con apariencia de palacio de cuento de hadas, que aglutina gustos arquitectónicos de distintos monarcas y relata historias palaciegas a todos aquellos que se acercan a conocerlo, el austero alcázar de Segovia se asienta en un alto promontorio, sobre roca, en la confluencia de los valles del Eresma y el Clamores, Su bella Torre del Homenaje, cual proa de un barco navegando entre los ríos, es de una belleza impresionante. Estratégico lugar habitado como castro desde tiempos celtibéricos, y ocupado por romanos y árabes. Desde el Alcázar salió Isabel la Católica para ser proclamada reina de Castilla en la Iglesia de San Miguel, junto a la Plaza Mayor. En él se celebró la boda de Felipe II con Ana de Austria, Carlos III estableció el Colegio de Artillería, desde 1896 acoge el Archivo General Militar.
La comida se celebró en una colina que dominaba una privilegiada y completa vista de Segovia, con el Alcázar y la Catedral destacando sobre la ciudad, en un antiguo y singular coche-restaurante de Renfe, curiosamente adornado, donde nos sirvieron una elogiada y exquisita típica comida segoviana a base de sopa castellana, judiones de la Granja, cochinillo asado y de postre el típico ponche segoviano, todo ello regado con buen vino, café y chupito.
Próxima parada: “Camino de Santiago”, “Camino del Norte”, San Sebastián, Bilbao, Santander, Gijón, Santiago de Compostela. Traslados, asistencia de autocar en las rutas a pie, y pensión competa con vino en las comidas. Quedan muy pocas plazas. No puedes perdértelo, ven con nosotros y acabarás siendo amigo.
ASOCIACIÓN CULTURAL AMPLÀRIES
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